Esta es una historia de una pareja dispareja por el destino pero con ganas de grandes soluciones:
Una pareja llevaba muchos anos de matrimonio y no había logrado tener familia. Tras consultar varios doctores, sin éxito, fueron a ver a un especialista muy renombrado quien, tras muchos estudios, les dijo que la única solución era que buscaran un padre sustituto.
Y que es un padre sustituto, pregunta la señora.
Es un hombre seleccionado con mucho cuidado y que hace por una única vez, las funciones del esposo para que la mujer quede embarazada.
La señora obviamente vacila un poco pero su marido le dice al doctor que el no tiene ningún inconveniente con tal de ver realizada su ilusión de convertirse en padre y a ella como una gran madre. Pocos días después, se contrata a un joven y se hace una cita para que al siguiente domingo por la mañana, cuando se ausente el marido de la casa, vaya y visite a la señora para cumplir su tarea.
Sin embargo la verdadera historia comenzó y sucedió que un fotógrafo de niños había sido llamado a una casa vecina para retratar a un bebe. Por azar del destino, el hombre se equivoco de domicilio llegando al de la señora que querían encargar a un bebe:
Buenos días, señora, vengo por lo del niño.
Mmmmm, oooh sí, pase usted. Gusta tomar algo...
No, muchas gracias, el alcohol no es bueno para mi trabajo. Lo que quisiera es comenzar cuanto antes.
Muy bien, le parece si vamos a la habitación.
Puede ser allí si usted quiere, pero también me gustaría una aquí en la sala, dos en la alfombra, una en las escaleras y otro en el jardín.
Pero luego cuantos van a ser, se alarmo la señora.
Ordinariamente son cinco o seis en cada sesión para que el trabajo quede perfecto, pero si la mama coopera pueden ser mas, todo depende, dijo mientras sacaba de los portafolios un álbum. "Me gustaría que viera antes algo de lo que he hecho. Tengo una técnica muy especial y única que le ha gustado mucho a mis clientas, por ejemplo, mire el retrato de este niño tan bonito: lo hice en un parque publico a plena luz del día.
Me senti muy bien cuando se acerco la gente para verme trabajar. Esa vez me ayudaron dos amigos, porque la señora era muy exigente: con nada le podia yo dar gusto y quedarle bien. Para colmo, esa vez tuve que suspender el trabajo porque llego una ardilla y comenzó a mordisquearme el equipo.
La señora, estupefacta, escuchaba todo esto mientras el fotógrafo continuaba:
Ahora vea estos mellizos. En esa ocasión sí que me lucí, fue un éxito, todo lo hice en menos de cinco minutos: llegue y ¡paf!, dos tomas y mire los gemelos que me salieron.
La señora estaba cada vez mas asustada oyendo al fotógrafo que continuaba:
Con este niño batalle un poco mas, porque la mamá era muy nerviosa. Yo le dije:
Mire señora, usted voltéese hacia el otro lado y déjeme hacer todo a mí. Ella se volteo, y así pude yo hacer mi trabajo. Uhmmmm recuerdo que fue excelente ese trabajo sobre todo al final.
A esta altura de tanto comentario sobre el trabajo que realizaba el señor que la señora estaba a punto del desmayo. El fotógrafo guardando su álbum le dice:
Quiere que comencemos ya, señora
Cuando usted quiera...
Esta bien, voy por mi trípode.
Trípode?, dijo temblando la señora.
Sí claro el trípode, comenta muy tranquilo el fotógrafo, es que usted sabe mi aparato es muy grande y necesito un trípode para apoyarlo y estabilizarlo, porque ni con las dos manos puedo sostenerlo bien...
Señora, señoraaaa... Señoraaaaaa... Grita desesperado el fotógrafo ante el desmayo de la señora de la casa.